Artículo publicado por Rosario Flores en diario Sur de hoy. Foto de J. Lanza.
Un vial y zona verde proyectados en el nuevo PGOU podrían borrar elementos arquitectónicos del pasado agrícola de San Pedro Alcántara
EL INGENIO. Los antiguos almacenes del edificio de La Azucarera, que ahora ocupan un restaurante, podrían desaparecer.
A los vecinos del barrio de El Ingenio, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado recientemente después de que el equipo de gobierno lo retocara, sigue sin convencerles. El nuevo documento, aprobado de forma provisional, mantiene proyectada la creación de una zona verde y un vial entre la A-7 y la calle Julio Romero de Torres que borrarían de un plumazo algunas viviendas, negocios y antiguas construcciones de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara. En esta lista negra, se incluirían los que fueran almacenes del histórico edificio de La Azucarera, que ocupa desde hace más de 15 años el restaurante El Relicario preservando con mimo las huellas del pasado.
«Su desaparición sería un crimen», asegura sin tapujos Catalina Urbaneja, presidenta de la Asociación Cilniana en defensa del patrimonio histórico. Una opinión que también comparte el historiador local José Luis Casado Bellagarza que incluso presentó a título individual una alegación al PGOU, que se sumó a la de Cilniana y a la de la arrendataria de El Relicario, Pilar Cartes. Las tres iban encaminadas a reclamar la inclusión en el catálogo de elementos protegidos de estos viejos almacenes, uno de los escasos tesoros que se conservan del arranque de la colonia de San Pedro junto al Trapiche de Guadaiza -pendiente de un proyecto para su rehabilitación y posterior uso como edificio cultural- y la antigua fábrica de alcohol, reconvertida en el Centro Cultural de El Ingenio.
En las fotos cedidas por Pilar Cartes se aprecia el estado anterior y actual del restaurante, con un bidón de hierro remachado y dos silos de cereal.
Protección
También defienden a ultranza la conservación del complejo urbano-industrial de El Ingenio porque, según Cilniana, «forma parte de una de las etapas históricas de la ciudad y conserva muchos de los elementos históricos originales como el edificio de La Alcoholera, almacenes, casas de labor o viviendas populares».Pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando han podido constatar que su propuesta no tiene cabida en el remozado documento urbanístico, aprobado por el pleno del Ayuntamiento con los votos a favor del equipo de gobierno y del PSOE.
Nuevas alegaciones
Aún así afirman que seguirán en la lucha para tratar de salvar un retazo del pasado agrícola de la localidad. Para ello, volverán a presentar alegaciones al texto. Para Bellagarza, que también estuvo al frente de Cilniana años atrás, de mantenerse este proyecto «se rompería la estética de uno de los barrios más característicos de la localidad: el industrial en torno a la fábrica azucarera», que según recuerda, «fue uno de los ejes sobre los que se creó la colonia sampedreña».Se acabaría así con todo un referente de los orígenes de esta localidad: los almacenes del señero edificio de La Azucarera sobre los que se asienta El Relicario, cuya arrendataria, Pilar Cartes, «ha sabido -en opinión de este apasionado de la historia local- conjugar la conservación del patrimonio histórico, como la estructura de vigas de madera o los silos del cereal, con una actividad empresarial».
Memoria histórica
Ambas naves, antaño almacenes del edificio de El Ingenio, se segregaron en 1943 cuando -según Cilniana- fueron adquiridos por Carlos Mackintosh Flores. «Pese a sus variados elementos y buen estado de conservación no aparecen incluidos en el catálogo», añade la presidenta del colectivo cultural, quien incide en que se trata de uno de los elementos singulares vinculados a la colonia que fundó a finales del siglo XIX Manuel Gutiérrez de la Concha, el primer Marqués del Duero, y que ha logrado escapar a la voraz política urbanística de la ‘era GIL’. Para Cilniana, el inmueble debe preservarse a toda costa, con un tratamiento similar al de La Alcoholera.
El Ingenio en peligro
Junto a El Relicario, también podría desaparecer parte del pequeño barrio de El Ingenio, situado a espaldas del restaurante y que data de la misma época. Esta zona de San Pedro «constituye una verdadera muestra del pasado agroindustrial, de lo que fue la colonia más importante de España por su superficie -unas 3.000 hectáreas-, el número de colonos asentados y las innovaciones agrícolas que se experimentaron». El historiador José Luis Casado Bellagarza destaca el alto valor de este barrio que, según indica, «no ha sufrido una transformación radical de su estructura urbana». Sus orígenes se remontan a la fábrica azucarera mandada a construir por el fundador de la colonia, que no abrió hasta mayo de 1871 para moler caña de azúcar y remolacha. Luego la compró la Sociedad General Azucarera de España, que concentró la producción en El Ingenio. Posteriormente, la actividad industrial en el barrio se mantuvo con la producción de vinos, licores y alcoholes hasta los años 30 del siglo XX. Décadas más tarde, los edificios del complejo fabril sirvieron para almacenes y otras funciones auxiliares de la actividad agraria hasta la llegada del turismo en los 50.
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