Museo Toledo

Altura sobre altura. Fortaleza sobre fortaleza. El Alcázar de Toledo acoge desde el verano de 2010 el nuevo Museo del Ejército. Después de años de remodelación arquitectónica y discusiones metodológicas la colección de objetos, abigarrados en la antigua sede madrileña, ha dado paso a un planteamiento museográfico moderno con piezas de primer nivel, que hacen del museo militar español uno de los más relevantes del mundo. Esto no quita algunos defectos como la dificultad para la lectura de los paneles indicativos de las piezas o que uno pueda perderse, fruto no únicamente de salas y más salas de exposición, sino de un recorrido señalizado con improvisados carteles adheridos a las paredes.

De todas formas el conjunto supera brillantemente su objetivo de divulgar un patrimonio histórico con objetos de todas las épocas, en varios recorridos plenamente didácticos, desde la espada de Boabdil a los uniformes femeninos de la actualidad.

Una sala de acceso impresionante por la altura de sus pilares, permiten admirar las excavaciones arqueológicas que nos acercan a la historia más remota del Alcázar. A continuación podemos elegir las salas del recorrido temático que abarcan dos plantas, entre ellas las dedicadas a «La uniformidad del Ejército español», «Condecoraciones» o «Las miniaturas». Y continuar por las dos plantas siguientes, las del recorrido histórico, que abarcan desde 1492 hasta el siglo XX.

En la sección dedicada al Estado Liberal, y en un apartado de Cultura Militar, destaca la figura del marqués del Duero, con un retrato al óleo, entre otros contemporáneos, mientras que en la parte inferior se exponen tres libros: el Diccionario Militar de José Almirante, las Nociones del Arte Militar de Francisco Villamartín, y entre los dos un volumen de la Táctica de las Tres Armas de nuestro personaje. Todo un reconocimiento entre los teóricos del siglo XIX.

Asimismo, en el museo se muestran objetos que nos recuerdan personajes que se cruzaron en la azarosa vida de Manuel de la Concha. Amigos y enemigos de los cuales ahora se exponen unos junto a otros sus objetos más personales. Entre ellos un estuche con pistolas de cañones dobles que pertenecieron a Baldomero Espartero junto a un bastón de mando de Diego de León. Recordemos que en el levantamiento de 1841 contra Espartero, fueron compañeros Manuel de la Concha y Diego de León. Y también en el museo se encuentra la chaqueta de húsar de Diego de León y su chaleco azul cristino con los seis impactos de bala que acabaron de su vida, tras no indultarlo Espartero.

Sobrecoge una bandera carlista con una calavera y las tibias cruzadas, enseña para causar el pavor a los enemigos en el combate, al recordar a los antiguos piratas, en lo que fue una lucha sin cuartel. Contienda civil con actos de heroísmo por ambas partes, pero también de barbarie, como en cualquier guerra, pero más deleznables aún en una entre compatriotas. En esta sección, dedicada a las Guerras Carlistas, se expone un busto de bronce del general Concha, figura destacada en las tres que tuvieron lugar. Su espada. Su leopoldina. Y como recuerdo impactante la levita que llevaba puesta en la batalla de Monte Muru, en la que se puede ver el agujero de la bala que le produjo la muerte la tarde del 27 de junio de 1874.

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