Sol de España, 2 de junio de 1968
46 años de sentimiento independentista, parte 2.ª
En un primer artículo sobre la independencia de San Pedro Alcántara, que apareció en el diario Sol de España en el mes de junio de 1968, firmado por el periodista Carlos Martín, narraba los recelos, los miedos de algunas personas y la posición valiente y favorable a la independencia del doctor Eduardo Evangelista, entonces el médico del pueblo.
En un segundo artículo recogía las opiniones de otros entrevistados, comenzando por el entonces concejal delegado (en esos momentos ni siquiera era reconocido como teniente de alcalde) de San Pedro Alcántara, Gonzalo Beltrán Cañestro, que responde con discreción: «Prefiero no contestar. Por no ser natural de San Pedro y debido al cargo que se me ha confiado. Y conste que quiero a San Pedro como el que más», y con ambigüedad: «Otros [pueblos] más pequeños que el nuestro lo consiguen, aún cuando la separación nos perjudicaría».
Uno de los propietarios de la urbanización Guadalmina, Gonzalo Goizueta, se declara a favor: «Estimo que se defendería perfectamente en el orden económico; en cuanto a su prestigio, es algo que conseguiría, y grande, al adquirir personalidad propia».
En el otro extremo de la escala social, el churrero Manuel Peña Villalobos, también está de acuerdo plenamente con la independencia: «Claramente sí. Al igual que todos los pueblos de la Costa, San Pedro sería conocido en todo el mundo y con ello adquiriríamos prestigio, nombre propio y prosperidad».
El único entrevistado en contra es el comerciante Juan García Díaz, que decía que «No puedo pensar en independencia. Sería desastroso para el contribuyente de este pueblo. Habría que montar un cuadro administrativo completo y ello gravaría doblemente los impuestos». Y defiende la limpieza y el orden existentes, al igual que el suministro de agua y de luz, logros conseguidos en los últimos 10 años.
Por último, el taxista Juan López Gómez, argumentaba por la independencia: «Para que nuestra vida se haga más feliz, para conseguir cualquiera de los papeles que ahora se necesitan, en lugar de desplazarnos, también para dar personalidad propia al pueblo, donde nací, para que nos conozcan más y mejor», y confiaba en la solvencia económica del posible nuevo municipio: «Estimo que San Pedro es un pueblo rico, tanto por el cultivo de sus tierras como por el turismo que nos visita y se instala».
De este modo, en 1968 una mayoría de sampedreños se declaraban a favor de la independencia del que consideraban su pueblo, entonces con pocos habitantes y que comenzaba una etapa de expansión debido al turismo. El deseo, expresado en tiempos de la dictadura franquista, no fue posible entonces, tampoco con la llegada de la democracia.
Hasta ahora.
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