Día 11 del confinamiento.

Parece luchar contra el viento. Ese levante que mueve las hojas de las palmeras y empuja las olas.

La escultura de La Salida, de Santiago de Santiago, en su emplazamiento original era contemplada por los paseantes, y sus redondeces acariciadas por los más pequeños. Tan popular se hizo que dio nombre al tramo de playa donde se instaló.

Ahora, en una rotonda cercana, es casi inapreciable para los que transitan por el Paseo Marítimo de San Pedro Alcántara. Descontextualizada, como la Síntesis del santo patrón, en su exilio de la entrada al polígono industrial.

Cuando esto pase, habría que repensar ubicaciones, para acercar las obras de arte al público. Todo ayudará a olvidar.

 

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