El 23 de marzo de 1867 Máximo Laguna divisaba desde la Sierra de las Nieves el litoral de la Costa del Sol, citando los campos de caña de azúcar de la colonia de San Pedro Alcántara:

“Desde la parte alta de la Sierra de las Nieves se goza de una magnífica vista sobre el Mediterráneo y sobre las costas de España y de África, viéndose en primer término y a poca distancia el elevado cerro de las Plazoletas [o Torrecilla] (1.990 m), parte culminante de la Sierra de Tolox; en el fondo y en la misma dirección la Sierra Blanca de Marbella; a la derecha un trozo de playa con los verdes cañamelares de San Pedro Alcántara; la Sierra Bermeja, la de Estepona, etc., y, en lontananza, entre las brumas del mar, algunos cerros de las sierras africanas”.

Así lo publicaba al año siguiente en la “Revista forestal, económica y agrícola”.

Por otra parte, pedía la protección del pinsapo, que peligraba por los incendios, porque son desmochados por los neveros, y los pequeños eran comidos por los animales.

Además de describir numerosas especies de plantas existentes, se detuvo en un ejemplar de tejo, el único que vio, que podría tener 700 años, a juzgar por el lento crecimiento de la especie, ya que tenía 5,25 metros de circunferencia y algo menos de altura.

Por otra parte, el pinar de Sierra Bermeja era todo de Pinus Pinaster, los rodales de mayor espesura son sólo los de menos edad, pimpollos, o lechones según la gente de la sierra, que da también el nombre de lechonar a la pimpollada

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