Fue un 23 de octubre, pero de 1861, el marqués del Duero, inmerso en su tarea de fundación de San Pedro Alcántara, acudió al Ayuntamiento de Marbella, para participar en la reunión conjunta del Pleno y los mayores contribuyentes, para decidir la inversión de casi un millón de reales obtenido por la venta de las tierras comunales de Marbella en acciones del ferrocarril Málaga-Córdoba.
Pedro Artola fue el único concejal que votó en contra de esa inversión. El tiempo le daría la razón a Artola, pues el fracaso de la compañía ferroviaria privaría al Ayuntamiento de una parte esencial de sus ingresos periódicos, arrastrándole a una situación de déficit crónico, viéndose incapaz de afrontar los gastos más perentorios y perjudicando, como consecuencia de ello, a los ciudadanos más necesitados del municipio.
El marqués del Duero no poseía acciones de esa compañía, de la que fue nombrado presidente honorario, ni de ninguna otra, ya que su esfuerzo inversor se centró en la colonia de San Pedro Alcántara y en otras fincas en la vega del Guadalhorce. No obstante sería favorecido por ese ferrocarril, que años más tarde pasaría por sus tierras de Cártama, facilitando el transporte de los productos allí obtenidos.
Información e imagen procedentes del Archivo Municipal de Marbella
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