Érase una vez un embalse centenario alimentado por tres arroyos, El Chopo, La Zagarilla y El Capitán. Se llamaba el embalse de Las Medranas, un nombre con evocaciones de espantos.

Allí se podía investigar sobre el relieve, la hidrografía, las plantas, los animales, las huertas tradicionales y la nueva economía del campo de golf que atravesaba el arroyo del Chopo, hasta llegar a las piedras milenarias de Las Bóvedas.

Todo esto lo estudió un grupo de niños y niñas de quinto curso de EGB del Colegio La Azucarera con su maestro, José Luis Casado Bellagarza, en la primavera de 1986.

Publicaron un cuaderno con sus impresiones. Además, la bióloga Isabel López Casas que acompañó a los escolares en la excursión elaboró una publicación acerca de las plantas y animales y el geógrafo Manuel Quirós sobre los aspectos geomorfológicos.

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