Ahora que la finca de La Caridad, procedente de los bienes incautados a quien fue asesor principal de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, Juan Antonio Roca, situada en la ribera derecha del río Guadaiza, ha pasado a ser propiedad del municipio, y se proyecta convertirla en equipamiento público, al parecer deportivo, no estaría de más que se pudiera completar con otras funciones. Los aproximadamente 80.000 metros cuadrados de terreno y 2.000 de edificio dan para mucho.
Por ejemplo: depósito y sala de exposiciones temporales con fondos municipales, (el ayuntamiento dispone de una amplia colección de obras de arte, de la extinta Bienal entre otras procedencias), o de artistas de la comarca, o colaboraciones con entidades provinciales.
También se podría dedicar a biblioteca y centro de documentación especializado de la historia local: ferrerías, azucareras, minería. Hasta llegar al turismo, que por actual se le dedica poca atención como objeto histórico.
Incluso a un centro de memoria, de como el gilismo corrompió no sólo a unos cuantos sino éticamente a una mayoría de la sociedad. Y del cual la finca de La Caridad es una pequeña muestra de lo permitido y saqueado.
Las fotografías que acompañan este post proceden de un libro-catálogo, titulado “Marqués de Velilla”, nombre de la yeguada de Roca, aunque su nombre no aparece para nada en la publicación.
El lujoso ejemplar, editado en español e inglés (no en vano poseía una sucursal en California de 600 hectáreas), además de la relación de caballos de pura raza con su genealogía y su amplio listado de premios, permite contemplar a los empleados perfectamente uniformados, en instalaciones veterinarias modélicas o copulando a orillas del mar, todo un símbolo de poder.
También, en páginas desplegables a todo color, numerosas fotografías nos muestran el exterior de la propiedad y el interior, que incluye una capilla y otras antigüedades, además de una especie de museo con una fastuosa colección de carruajes.
Comentarios recientes