Geografía y Medio Ambiente de San Pedro Alcántara

Dunas portada libro

Imaginemos kilómetros de playas de arena blanca, con una anchura superior al centenar de metros. Bañadas por el cálido Mediterráneo, que hace más suave aún su delicioso clima, con un fondo marino variado, de plantas y peces. Las dunas aportan arena después de los temporales de levante o poniente. Las repoblaciones de pinos completan los restos de bosques de alcornoques. Como telón norte las montañas rojas y blancas: Sierra Bermeja y Sierra Blanca. De ellas bajan los ríos Verde, Guadaiza, Guadalmina y Guadalmansa, para regar las tierras que eran cultivadas desde la Antigüedad por señores romanos dueños de villas y termas, hasta pioneros del siglo XIX que las tiñeron de verde color caña de azúcar, pasando por musulmanes que levantaron fortalezas y ciudades.

Este territorio litoral corresponde, correspondía, a los municipios de Manilva, Estepona y Marbella. Paisaje modelado por el hombre hasta mediados del siglo XX, cuando comienza la explotación turística de la comarca. Desde entonces esquilmado por el hombre, especialmente sus playas, paradójicamente su mayor atractivo.

La historia de esa destrucción es la que han recogido en un libro (presentado el pasado 4 de julio en Estepona) un equipo dirigido por el geógrafo José Gómez Zotano, integrado por los biólogos Felipe Román Requena y María Teresa Vizoso Paz, y el arqueólogo Ildefonso Navarro.  Y que ha contado con colaboradores que han aportado documentación, fotografías submarinas, fotografías aéreas hechas para la ocasión o cartografía.

Aunque el propósito de los autores es que los valores que todavía se mantienen desde el río Guadalmansa al río Guadalmina sean conocidos y puedan ser conservados, en especial el complejo dunar de la finca Matas Verdes.

La obra, titulada Dunas litorales y fondos marinos del Saladillo-Matas Verdes (Estepona-Málaga), se ocupa de la zona más oriental del litoral esteponero, pero sus condicionamientos y su problemática se puede extrapolar al resto de la costa occidental malagueña.

Se compone de cuatro partes, la primera trata los aspectos físicos, la flora y la fauna del ámbito terrestre; la segunda los del ámbito marino; en la tercera parte se hace un recorrido histórico por los restos de culturas que poblaron estas tierras, desde el hombre prehistórico a la implantación de los cultivos de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara, con abundantes referencias al pasado fenicio, romano o musulmán; la cuarta parte revela el grado de compromiso de los investigadores con el tema tratado, y tras identificar las amenazas del conjunto proponen sus consideraciones acerca de la protección del mismo y sus propuestas para una gestión integrada de la, todavía, riqueza medioambiental de la zona.

El libro ha sido editado por la Asociación  Grupo de Trabajo del Valle del Genal con la colaboración de diversas entidades, y es fruto de una investigación patrocinada por la Obra Social de La Caixa, echándose de menos en éste y otros proyectos culturales de la zona la ayuda de la mayor caja de ahorros andaluza −Unicaja para más señas−, algo que señaló el alcalde de Estepona, David Valadez, en la presentación del libro (uno de los pocos cargos públicos que ha tenido el valor de denunciar las irregularidades financieras, léase corrupción, de la política municipal en la Costa del Sol), el cual se comprometió a proteger la finca de Matas Verdes de la urbanización.

En definitiva, un exhaustivo trabajo de investigación multidisciplinar presentado de forma clara y didáctica, con multitud de cuadros explicativos, gráficos, mapas y fotografías, algunas fruto de una paciencia infinita, como las de flora y fauna, para trasladarnos la idea de que no se puede perder un paisaje único de la costa mediterránea andaluza.

Evolucion Dunas Saladillo Matas Verdes

La fotografía muestra el cambio experimentado en la franja costera entre los ríos Guadalmansa y Guadalmina, con tomas aéreas de los años 1956, 1977, 1994 y 2007.

Cultivos de San Pedro entre 1915 y 1918

 Cultivos de la colonia entre 1915 y 1918.

José Gómez Zotano considera la construcción del paisaje rural de la colonia de San Pedro Alcántara como modélica. Todo un cambio en la explotación agraria que rompe con los modelos anteriores y organiza el territorio con nuevos fines productivos, optimizando los recursos hídricos y empleando la más innovadora tecnología, en una transformación continuada desde los inicios de la colonia a mediados del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX.

Así lo expresa en el artículo «El paisaje de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara (provincia de Málaga). Bases Naturales y reconstrucción geohistórica a través del Catastro», publicado en 2006 en el número 38 de la revista Cuadernos Geográficos, de la Universidad de Granada, en la cual ejerce como profesor de Geografía.

El trabajo se inicia con las bases naturales del paisaje: relieve, clima, bioclima, agua, suelos y vegetación para continuar con tres hitos en la formación de ese paisaje colonial: el del azúcar en 1881, el de la remolacha en 1897 y el del algodón y numerosos cultivos más entre 1915 y 1918, que forman un verdadero mosaico según mostramos en la fotografía que encabeza esta entrada (y puede verse con más detalle en la página 142 del artículo). Paisajes que Gómez Zotano ha resumido en tres espléndidos mapas elaborado con las más modernas técnicas cartográficas y con la utilización concienzuda de fuentes catastrales.

El autor no deja de criticar el actual modelo turístico de sobreexplotación del territorio, que está acabando con el paisaje agrario y la memoria histórica que éste representa, fundamental «en la consolidación de la personalidad de un pueblo como San Pedro de Alcántara, que desde hace décadas intenta su reconocimiento…»

Las 60 páginas del artículo pueden consultarse en:

Artículo de Gómez Zotano, 2006, páginas 111 a 140, en PDF

Artículo de Gómez Zotano, 2006, páginas 141 a 170, en PDF

San Pedro aerea hacia 1980

La foto aérea muestra el desarrollo alcanzado por San Pedro Alcántara entre los años 1970-1980. Llama la atención la falta de ocupación de la llanura situada entre la carretera nacional y el mar. La franja costera, que en toda la Costa del Sol había sido ocupada, y había permitido el desarrollo de todo su potencial, permanecía en San Pedro en la más pura de las virginidades territoriales. Un erial.

 Lo que en principio podría parecer muy extraño tenía una explicación: el Plan General de Urbanismo de Marbella de 1968 así lo había decidido. Además se había planificado que el centro del distrito comprendido entre el río Verde y Guadalmina estuviera en Nueva Andalucía. Y que San Pedro fuera un «barrio» subordinado a él.

A pesar de todos los obstáculos impuestos, el antiguo enclave de la colonia había ido creciendo. De unos 1.000 habitantes a comienzos del siglo XX se llegó a más de 20.000 en los años del boom turístico. Pero las limitaciones impuestas desde el poder político del Ayuntamiento de Marbella, a través de las normas urbanísticas, condenaron a la nueva población a una enorme falta de equipamientos: escolares, culturales, deportivos, de comunicación o de zonas verdes.

Ahora, cuando se discute un nuevo plan de ordenación nos preguntamos: ¿se compensará a San Pedro de la marginación sufrida durante tantos años?, ¿se romperá la segregación espacial a la que están sometidos sus habitantes por el hecho de vivir a 10 kilómetros de la capital del municipio?

En el documento adjunto, se puede ver un artículo del diario Sur con la planificación por distritos del municipio de Marbella y las previsiones de población del Plan de 1968.

Diario Sur de 1 de junio de 1967, en PDF

Y en el enlace a la página del partido Opción Sampedreña, O.S.P., una interpretación del documento.

Enlace a la página de OSP