Desde los primeros tiempos de la colonia llegaron a San Pedro Alcántara gran número de vecinos de Istán, con la intención de mejorar sus condiciones de vida. Al igual que lo hicieron desde la década de 1940, al adquirir tierras en la parcelación y venta del latifundio por parte de la sociedad propietaria del mismo, y pocos años más tarde para participar del desarrollo económico derivado del fenómeno turístico.

Pedro Gómez lo expresa de forma muy gráfica, al escribir en su libro “Istán. Antropología de la supervivencia”, que en San Pedro Alcántara “existen ciertas calles que parecen constituir una prolongación de las de Istán, en las que la buena parte de los vecinos son de origen o descendientes de istaníes que se avecindaron y adquirieron propiedades y vivienda en la colonia”.

El autor recoge en la página 93 una información procedente de un artículo que publiqué en 2007 y donde cuantifiqué el número de personas de Istán que llegaron al nuevo pueblo fundado por el marqués del Duero. El libro del profesor Gómez se puede consultar en la biblioteca municipal de San Pedro Alcántara.

Vista de San Pedro Alcántara. Foto JOSELE.

¿POR QUÉ SAN PEDRO ALCÁNTARA SE LLAMA ASÍ?

Artículo publicado por Joaquina Dueña en el diario SUR, 20 de febrero de 2023.

El nombre está ligado a la fundación de la colonia agrícola y a las mujeres de la familia de su fundador, el marqués del Duero

El origen de San Pedro Alcántara, que no ‘de Alcántara’ está ligado al nacimiento de la colonia agrícola fundada por Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen, marqués del Duero, en 1860. «Antes de la colonia, no existía ninguna población en esta zona, a excepción de los asentamientos romanos conocidos», explica José Luis Casado, doctor en Historia, especialista en este núcleo urbano.
Precisamente, este historiador, tiene publicado un artículo con el título ‘San Pedro Alcántara tiene nombre de mujer’, en el que analiza de dónde vino esa elección del aristócrata. «En mi opinión, ya que no hay ningún dato concreto que lo diga, se trata de un homenaje del marqués del Duero a su madre. Él se quedó huérfano durante la guerra de la independencia de Argentina y su madre tuvo que sacar adelante a los cuatro hijos, tres varones y una mujer», explica. «Él le tenía mucha devoción a la madre, que se llamaba Petrona y es un homenaje a ella», abunda. Además, la única hija que tuvo el marqués del Duero, también se llamaba Petra de Alcántara con lo que la colonia recogía el nombre de las dos, de la madre y de la hija.
«Era frecuente que estos empresarios, cuando fundaban la colonia le pusieran el nombre de los hijos, como hicieron los Larios en San Martín del Tesorillo o San Enrique del Guadiaro, poniendo nombres de sus hijos, o el de la Colonia de Santa Isabel, en Córdoba, que lleva el nombre de la esposa de su artífice, el conde de Torres Cabrera».
Lo que no se conoce es por qué el político y militar Manuel Gutiérrez eligió a San Pedro de Alcántara en lugar de algún otro santo Pedro. «Quizás la explicación esté en las numerosas cartas y correspondencia que guarda el archivo privado del marqués», valora Casado. En todo caso, el que fuera el primer cronista oficial de Marbella, Fernando Alcalá, ya publicaba en un libro de 1979 que «…con independencia de la evidente devoción de la familia Gutiérrez de la Concha al ascético santo extremeño, es un homenaje del marqués del Duero a su amadísima madre Doña Petra de Alcántara Irigoyen…».
El santo cacereño fue bautizado en su día como Juan de Sanabria, hijo de Alonso Garavito y de María Vilela de Sanabria. Cambió su nombre por el de Pedro al profesar como religioso en la Orden Franciscana, en 1516. Una Orden en la que realizó una intensa carrera. Naturalista, reformador e impulsor del movimiento descalzo, terminó sus días en Arenas de San Pedro, ahora hermanado con San Pedro Alcántara. Desde allí inspiró la fundación de conventos o procesos de conversión convertido en la figura que inspiró al marqués del Duero.
La cuestión es que, si bien el santo que le da nombre es San Pedro de Alcántara, el nombre de la colonia nunca tuvo la preposición. La razón: «Porque al Marqués de Duero así lo quiso», comenta lisa y llanamente, el Cronista Oficial de Marbella, Francisco Moyano. «En toda la documentación le quitó la ‘de’ y no existe ningún otro motivo. Pone San Pedro Alcántara y no San Pedro de Alcántara. Quiso diferenciar el nombre del patrón del nombre del pueblo», añade. «Desde que se inició la colonia, en los documentos del archivo de la misma, aparece San Pedro Alcántara sin la de, en el archivo de Marbella, también, en los protocolos notariales, en las compraventas, siempre sin la de», detalla el historiador.
Sin embargo, hay carteles en las carreteras y documentos de instituciones en los que aparece la preposición. Casado explica que «lo que le da el nombre exacto a las poblaciones es el nomenclátor del Instituto Nacional de Estadística donde siempre ha aparecido sin la de. Pero en 1970 [debe decir 1981] apareció la preposición, no se sabe bien por qué», recuerda. En octubre de 2009 se dio luz verde en un acuerdo plenario unánime que la eliminaba de nuevo y por el que había que dar traslado a los organismos oficiales del cambio de denominación, algo que se hizo con los años. Así que, durante algún tiempo, San Pedro fue de Alcántara hasta que se logró recuperar el nombre original tal como aparece en el escudo heráldico: San Pedro Alcántara.

 

El cortijo de labor de la Hacienda Guadalmina se construyó entre los años 1935 y 1936, tenía unos 15.000 metros cuadrados de superficie y contaba con bodega, almacén, cobertizos, vaquerías, cuadras y porquerizas. Sobresalían cinco silos para granos, que aún se podían observar en la fotografía aérea de 1977, con una altura de 15 metros de altura por 8 de base cada uno.

De igual modo, en los años treinta se levantó la casa del administrador frente a la entrada del cortijo y la capilla con casa cural.

A la vez que la vivienda del propietario, Norberto Goizueta, una lujosa casa de 1.400 metros cuadrados junto a la playa.

Entonces eran las únicas edificaciones de la finca entre la carretera y el mar. Con la parte norte de Guadalmina, que llegaba hasta Las Medranas, se completaban las 300 hectáreas adquiridas a la Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara en 1934.

 

El Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda en enero de 1956 solicitaba licencia de obra para construir una oficina en la plaza de la Iglesia, sobre 80 metros cuadrados adquiridos a la Sociedad General Azucarera.
El Ayuntamiento de Marbella la denegaba ya que ocupaba la acera norte de la plaza, se apoyaba en la tapia que cerraba la parcela de la Villa de San Luis y además suponía el derribo de una fuente pública y dos palmeras.
La Caja se defendió alegando que San Pedro Alcántara no contaba con ordenación urbana, que la plaza no era pública, sino una propiedad particular de la colonia y así había sido adquirido el solar.
Después de un año de negociaciones el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la entidad rondeña. Cedería un espacio de 100 metros en el interior del recinto de la Villa de San Luis, a cambio del solar de la Caja de Ahorros, y esta costearía el traslado de la fuente y se haría cargo de las obras para instalar una escuela en la segunda planta de la Villa, incluida una escalera trasera para acceso a ella.
Se volvía a perder equipamiento público, en este caso 100 metros cuadrados de lo que entonces era el patio de recreo de los escolares sampedreños.

Más información en el artículo publicado en diciembre de 2006 en el periódico “Las Noticias de San Pedro Alcántara”:

Caja de Ahorros de Ronda. San Pedro Alcántara, 1956

 

Un grupo de jóvenes a la derecha, algunos en un banco y uno de ellos en un hueco de la pared. En ese lugar se encontraba una fuente pública, adosada a la tapia que rodeaba por todos lados el recinto de la Villa de San Luis, antigua residencia de los dueños de la colonia, comenzando por los marqueses de Guadalmina en la década de 1880; edificio que en 1946 fue adquirido por el Ayuntamiento de Marbella, para albergar escuelas, centralita telefónica y oficina municipal. Tras una de las dos hojas de la cancela de entrada un coche oficial, un Seat 127.
Dos cabinas de teléfono, estratégicamente situadas en el lugar más importante del pueblo, la plaza. Sobre la puerta, un letrero: “Tenencia de Alcaldía”, que en la fecha de la foto, septiembre-octubre de 1979, y tras las primeras elecciones municipales de la democracia en junio de ese año, había sido estrenada por Manuel López Gómez, tras una abrumadora victoria del PSOE en la localidad y que había propiciado una mayoría (no absoluta) y la alcaldía de Marbella para los socialistas.