“Se pondrá Ayuntamiento en los pueblos que no le tengan, y en que convenga le haya, no pudiendo dexar [dejar] de haberle en los que por sí ó con su comarca lleguen a mil almas, y también se les señalará término correspondiente.”

La primera Constitución española, promulgada el 19 de marzo de 1812, indicaba en su artículo 310 que contarían con ayuntamiento propio los pueblos que superasen las 1.000 almas (habitantes). Más de 200 años después, la mayoría de los partidos políticos acordaron que San Pedro Alcántara era un pueblo sin almas, donde gritar ¡Viva la Pepa! es considerado subversivo.

 

El PSOE local elaboró un cuaderno para las primeras elecciones democráticas, que se celebraron el 3 de abril de 1979. Consta de una portada y siete páginas, reproducido en multicopista, de tamaño folio y un texto mecanografiado muy denso, con abundancia de palabras en mayúscula, y algunos textos a mano a modo de titulares, además de escasos dibujos esquemáticos, repitiéndose en todas las páginas la rosa y el puño, símbolo del partido durante esos primeros años de la democracia.
La primera página con el encabezado de “Independencia”, proclama el objetivo principal del partido a nivel local, algo recogido en sus estatutos. Se reclama el territorio de Nueva Andalucía y Puerto Banús. Y se aclara que llevan tiempo luchando por la independencia, que no es autonomía.
Enlaza en muchas ocasiones el PSOE local con la Federación Socialista Andaluza (FSA) y en ningún caso en esta y en otras páginas hace mención a la agrupación de Marbella, ya que eran, y siguen siendo, dos agrupaciones distintas, y en esos años la rivalidad entre ambas era notoria, por el tema de la segregación de San Pedro Alcántara y por la diferencia a la hora de confeccionar la lista de candidatos, teniendo que recurrir a instancias superiores del partido para resolver los enfrentamientos en el orden de la candidatura.

Las páginas segunda y tercera se refieren a los candidatos, de San Pedro Alcántara, por supuesto. Que no son, textualmente ni “señoritos” ni “terratenientes convertidos a socialistas”, sino trabajadores y profesionales, con experiencia de haber trabajado por el pueblo durante años. Y piden el voto para ellos y no para los que han estado gobernando durante mucho tiempo o los que frecuentan la iglesia o la cafetería lujosa, según se escribe en el cuaderno. Se presentan como “Los del puño y la rosa. Trabajadores y honrados” en la siguiente lista.
Manuel López Gómez, industrial, 36 años.
Raúl J. Vázquez García, profesor EGB, entrenador deportes, 36 años.
Salvador Oña Vázquez, dependiente, 30 años.
Antonio Reina Peña, jardinero-tractorista, 50 años.
Julio Midón Campos, camarero, 33 años.
Miguel Ramos Vázquez, administrativo, 27 años.
Juan Antonio García Hernández, mecánico-electricista, 42 años.
José Herrera Santos, administrativo, 52 años.
Miguel Castillo Ordóñez, contable, 54 años.
Rafael Bel Higueros, corredor de fincas, 48 años.
[El PSOE obtuvo seis concejales, entre ellos Manuel López, número 3 de la candidatura municipal, que asumiría el cargo de teniente de alcalde de San Pedro Alcántara y Raúl Vázquez, número 5, nombrado delegado de Enseñanza y Cultura].

En la página cuarta se intenta desmontar las candidaturas de “técnicos” e “independientes”, ya que no se necesita ser técnico para ser concejal, que los ayuntamientos tienen profesionales para desarrollar los proyectos que el pueblo necesite y los llamados técnicos y los independientes han servido a los ricos y a ellos mismos para ganar dinero, poniendo ejemplos de eliminación de zonas verdes, en urbanización Los Romeros, cerrando calles, en El Ingenio, o convirtiendo calles públicas en privadas.
Las páginas siguientes plantean objetivos concretos del programa electoral, que gira en devolver al pueblo la capacidad de decidir lo que le conviene, con atención a un urbanismo bien planificado que recoja zonas verdes y parques infantiles, evitar la diferencia entre barrios pobres y de “gente bien”, junto con atención a la naturaleza, con un planteamiento ecológico.
En concreto, se plantea “urbanizar El Salto”, con buenos accesos, que tenga un recinto ajardinado, un parque infantil, soluciones para “la charca” [embalse], y que pudiera contar con un practicante de guardia [enfermero].
Se propone mejorar la asistencia médica, con una ambulancia para San Pedro Alcántara, “no más timos de rifas pro-ambulancia”.
Se procurará la participación de los padres en la gestión escolar.
En cada barriada debería construirse una Casa de Cultura, de donde surgirían propuestas de acción al Ayuntamiento, también cine-club, biblioteca participativa, protección de “restos romanos, arábigos” y de otras civilizaciones.
En lo deportivo se defiende prioridad absoluta, con atención a los deportes náuticos, promoción de equipos de ciudadanos, ligas sampedreñas, con instalaciones adecuadas con precios mínimos.
Por último, en urbanismo se remiten al testimonio recogido en las películas filmadas por el partido, donde se aprecian las aberraciones cometidas por los “técnicos”. Como soluciones se enumera la necesidad de facilitar el acceso a las playas, la construcción de parques infantiles, mejora del alumbrado público, con especial solución a la calle de “En Medio, evitando los parches de morrillo y arena”, y la mejora de la limpieza de calles por parte del Ayuntamiento.

Para ampliar información sobre la independencia véase el enlace:

Insertamos un artículo de Alicia Moyano Pérez, que visitó San Pedro Alcántara entre 1991 y 1994, en un trabajo de campo con el fin de investigar sobre identidad y procesos de segregación municipal.

Comienza con los motivos por los cuales nace el movimiento independentista, en una población que ha pasado de una economía agraria a una turística. En este caso, la dualidad San Pedro Alcántara-Marbella se basa en la desigual actuación urbanística, tanto en inversiones por parte del Ayuntamiento, como en la inversión particular, dejando a San Pedro Alcántara prácticamente al margen y convirtiéndola en una ciudad dormitorio.

Por otra parte, los partidarios de las segregación se basan en el hecho de que los ingresos que proporciona el turismo ligado a la construcción, principalmente a través del impuesto de contribución, no repercuten de forma equilibrada en los servicios públicos prestados a los habitantes de San Pedro Alcántara. Por ello, la formación de un ayuntamiento propio permitiría controlar mejor esos fondos y distribuirlos de forma más equitativa.

La autora también analiza la llegada del grupo GIL al poder, incluidas represalias contra personas vinculadas al movimiento independentista, y las dificultades que tuvo para acceder a documentación municipal.

Y a lo largo del trabajo reúne información de muy variadas fuentes, ya que entrevistó a empresarios y asalariados, así como personas relacionadas con el movimiento vecinal, político, cultural o festivo, además de asistir a reuniones que pudieran aportarle datos sobre la diferenciación entre el nosotros (San Pedro) y el ellos (Marbella), como marcadores de identidad.

Artículo de Alicia Moyano, en PDF

Se publicó, en 1996, con el título de «Especialización turística e identidades sociales: los procesos de segregación municipal en la Costa del Sol malagueña», en Anuario Etnológico de Andalucía 1994, Sevilla, Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, pp. 97-101.

 

Encabezamiento independencia, Sol de España

Sol de España, 2 de junio de 1968

46 años de sentimiento independentista, parte 2.ª

En un primer artículo sobre la independencia de San Pedro Alcántara, que apareció en el diario Sol de España en el mes de junio de 1968, firmado por el periodista Carlos Martín, narraba los recelos, los miedos de algunas personas y la posición valiente y favorable a la independencia del doctor Eduardo Evangelista, entonces el médico del pueblo.

En  un segundo artículo recogía las opiniones de otros entrevistados, comenzando por el entonces concejal delegado (en esos momentos ni siquiera era reconocido como teniente de alcalde) de San Pedro Alcántara, Gonzalo Beltrán Cañestro, que responde con discreción: «Prefiero no contestar. Por no ser natural de San Pedro y debido al cargo que se me ha confiado. Y conste que quiero a San Pedro como el que más», y con ambigüedad: «Otros [pueblos] más pequeños que el nuestro lo consiguen, aún cuando la separación nos perjudicaría».

Uno de los propietarios de la urbanización Guadalmina, Gonzalo Goizueta, se declara a favor: «Estimo que se defendería perfectamente en el orden económico; en cuanto a su prestigio, es algo que conseguiría, y grande, al adquirir personalidad propia».

En el otro extremo de la escala social, el churrero Manuel Peña Villalobos, también está de acuerdo plenamente con la independencia: «Claramente sí. Al igual que todos los pueblos de la Costa, San Pedro sería conocido en todo el mundo y con ello adquiriríamos prestigio, nombre propio y prosperidad».

El único entrevistado en contra es el comerciante Juan García Díaz, que decía que «No puedo pensar en independencia. Sería desastroso para el contribuyente de este pueblo. Habría que montar un cuadro administrativo completo y ello gravaría doblemente los impuestos». Y defiende la limpieza y el orden existentes, al igual que el suministro de agua y de luz, logros conseguidos en los últimos 10 años.

Plaza de la Iglesia 1968

Por último, el taxista Juan López Gómez, argumentaba por la independencia: «Para que nuestra vida se haga más feliz, para conseguir cualquiera de los papeles que ahora se necesitan, en lugar de desplazarnos, también para dar personalidad propia al pueblo, donde nací, para que nos conozcan más y mejor», y confiaba en la solvencia económica del posible nuevo municipio: «Estimo que San Pedro es un pueblo rico, tanto por el cultivo de sus tierras como por el turismo que nos visita y se instala».

De este modo, en 1968 una mayoría de sampedreños se declaraban a favor de la independencia del que consideraban su pueblo, entonces con pocos habitantes y que comenzaba una etapa de expansión debido al turismo. El deseo, expresado en tiempos de la dictadura franquista, no fue posible entonces, tampoco con la llegada de la democracia.

Hasta ahora.

Cabecera Sol de España

Sol de España, 1 de junio de 1968

46 años de sentimiento independentista, parte 1.ª

El periódico Sol de España rompió en la década de 1960 el monolitismo informativo que detentaba Sur en la provincia de Málaga, perteneciente entonces a la cadena estatal del Movimiento. Haciendo honor a su nombre se editaba en Marbella y se ocupaba especialmente de la Costa del Sol en sus noticias. El 1 de junio de 1968 publicaba un reportaje sobre el sentimiento de independencia de San Pedro Alcántara con respecto a Marbella, a semejanza de otro anterior que trataba de los ideales de segregación de Torremolinos en relación a Málaga.

Al principio del reportaje, el periodista Carlos Martín narra las dificultades que encuentra, debido a los recelos de los entrevistados, el miedo en suma, a que su opinión apareciera en el periódico (no olvidemos que se vivía en una dictadura). Por fin, logra que varias personas, todas conocidas en el pequeño pueblo que era San Pedro, consientan en que se publiquen sus ideas respecto a la independencia.

Entre los comerciantes hay algunos a favor: «todo San Pedro desea la independencia, pero no me meta usted en compromisos, que los comerciantes hemos de estar bien con todo el mundo…» y otros en contra, porque temen que el peso de la administración local les suponga una mayor carga fiscal.

Son tantas las respuestas evasivas, que el periodista afirma contundentemente: «Es muy difícil que los hombres que temen hablar en voz alta de los deseos de independencia de su pueblo, puedan verla realizada». Que podemos entender como una crítica a la falta de libertad de expresión del régimen político imperante, y el consiguiente temor de los interesados para defender sus propuestas.

Doctor Evangelista

No obstante, algunos sí se atreven, como el médico don Eduardo Evangelista Arenas, que gozaba de una gran consideración entre sus convecinos por su entrega profesional  y su propio estatus social. He aquí la entrevista completa.

«- ¿Es usted partidario de la independencia?

– Indiscutiblemente

– ¿Qué razones le hacen pensarlo así de categórico?

– La independencia daría personalidad a San Pedro y le permitiría organizar el municipio a gusto del vecindario, con todas las ventajas que ello reporta. Hasta ahora, San Pedro ha sido como un hijo un tanto abandonado por su madre. El pueblo cambiaría de fisonomía y entonces también nosotros podríamos hablar de embellecimiento… [en esos días Marbella recibía un premio oficial de embellecimiento]

– ¿Cree que San Pedro se defendería económicamente, ganando en prestigio, belleza, importancia, etcétera?

– No cabe duda.

– ¿La idea de independencia de San Pedro sería bien acogida, a juicio suyo, por el pueblo de Marbella?

– De ninguna manera.

– Y, ¿cómo la acogería el pueblo de San Pedro, según usted?

– La independencia es su máxima ilusión.

– ¿Qué problemas más inmediatos se plantearían en caso de conseguir la separación?

– Los lógicos y naturales de crear un pueblo de verdad. Y crea que tanto por su número de habitantes como por sus riquezas naturales, merece ser independiente. Económicamente se defendería perfectamente.»

Continuará.