Francisco Robledano Ruiz era químico, hermano de Juan, director de la colonia de San Pedro Alcántara en 1931, y de Rafael, piloto que estuvo al servicio de la República durante la Guerra Civil. Años antes, en 1924, Francisco, con 22 años, vivía en el barrio de la Azucarera junto con sus hermanos y su madre, aunque en el padrón municipal constaba como ausente.

Se conoce poco de la trayectoria vital de Francisco, al contrario de sus hermanos, de los cuales tenemos más noticias. Una de esas escasas informaciones se publicó en El Popular, diario de Málaga, en julio de 1931.

En la asamblea celebrada en Marbella por la Agrupación Socialista el 20 de julio de 1931, el militante Francisco Robledano Ruiz “de forma muy razonable y elocuente, propone que se cree en la Agrupación una Escuela de Educación Ciudadana, cuyo objeto sea el de elevar el nivel moral y cultura de sus afiliados, y destrucción del analfabetismo”, propuesta que es muy bien acogida.

Interviene después Fernando Cano de Alba, que como maestro nacional, conoce las disposiciones del Ministerio de Instrucción Pública e indica que esa escuela no puede tener carácter oficial, pero podría llevarse a la práctica de forma particular, y los resultados serían iguales en uno u otro caso.

Robledano acepta la rectificación y solicita que se nombre una comisión para ponerla en marcha. Tras una votación son elegidos, además del citado Francisco Robledano Ruiz, Fernando Cano de Alba, vicepresidente de la Junta directiva de la Agrupación Socialista, Santos Angulo Casajús, Antonio Figueredo Guillén, bibliotecario de la Agrupación; así como Antonio Marín Jiménez, vicesecretario de la misma.

Destacaría la pertenencia de Francisco Robledano en el PSOE de Marbella, donde había una mayoría de obreros y empleados con menor cualificación profesional que él como químico. Además, su iniciativa de escuela denota su sensibilidad social, que enlaza con la tradición de partidos obreros y sindicatos que desde el siglo XIX promueven la creación de enseñanza para adultos, para mitigar el altísimo porcentaje de analfabetismo entre la población española hasta bien entrado el siglo XX.

 

Arado Brabant de la casa Ajuria, fotografiado por José Luis Casado en un jardín comunitario de «El Paraíso» en octubre de 1991, Estepona. Quizá de la Colonia de San Pedro Alcántara, pues esta zona perteneció a dicha finca.

 

“El pleito que perdió la Virgen de la Soledad”, es el título de un artículo de Fernando Alcalá aparecido en SUR el 28 de abril de 1976, uno de los numerosos trabajos que publicó en este diario y en otros de la provincia.
Muchos de ellos aparecieron después en sus libros, en este caso el juicio por la propiedad de un rosario que una vecina de Marbella prestó para que lo luciera la imagen de la Soledad, lo hizo en su última obra de 2006.
No obstante, no estaría de más que se recogiera esa obra dispersa de don Fernando, con las facilidades que presta hoy la digitalización, ya que algunas veces resulta dificultosa, por no decir imposible, acceder al texto completo como se muestra en el tomo encuadernado del SUR.
Seguro que se conocerían datos nuevos sobre la historia de Marbella.

 
Anuncio publicado a media página en el periódico AHORA de Madrid, 10 de agosto de 1933, por el Patronato Nacional de Turismo (P.N.T).

 

El periodista se queja por la falta de control en la venta de alevines, en concreto de pescadas, que más que pescadillas se podrían llamar minipescadillas, al ser más pequeñas que los boquerones.

La noticia, la preocupación y la denuncia por el tamaño del pescado no es de hoy ni de ayer. Es del 30 de mayo de 1871, según publicó “El Avisador Malagueño”.