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Trilladora movida con máquina de vapor

En 1873 la Colonia Agrícola de San Pedro Alcántara cambió de dueño, siendo adquirida por Joaquín de la Gándara Navarro, marqués de La Gándara desde 1878, y Luis de la Cuadra y González de la Rasilla, marqués de Guadalmina desde 1875.

Para la explotación del latifundio se estableció, en 1875, una sociedad anónima con sede en Madrid y sucursal en París, pero era en esta última ciudad donde se tomaban las decisiones, siendo el capital hispano-francés como en tantos negocios españoles de la época, emitiéndose 4.800 acciones de 1.900 reales, que hacían un total de 9.120.000 reales. La superficie total era de 4.829 hectáreas, clasificada en 603 de riego, 2.415 de secano y 1.811 de arbolado y pastos.

Miembros de la familia De la Cuadra, algunos de ellos ingenieros, se ocuparían de la gestión directa de la finca, residiendo en el propio pueblo de San Pedro, construyendo la villa de San Luis, sede actual de la Tenencia de Alcaldía.El nuevo Banco Hipotecario de España concedió a la Sociedad de la Colonia, en el año 1881, un crédito de 1.500.000 pesetas, a 50 años y a un interés del 5%, y otro de 250.000 pesetas, a 5 años y al mismo interés. Las facilidades del préstamo se explican por la coincidencia de personajes que formaban parte de los consejos de administración del banco y de la Colonia.

La Sociedad de la Colonia, vendió en 1891, la fábrica de azúcar y destilación de alcohol a la empresa denominada «Societé Sucrière de la Colonie de San Pedro Alcántara», por 300.000 pesetas, que invirtió 500.000pesetas para modernizar la maquinaria y adaptarla a la molienda de la remolacha, siguiendo el ejemplo de la vega granadina, cuyo cultivo se extendía rápidamente por España y el resto de Europa.

En esta etapa se construyeron embalses para aumentar el número de hectáreas de tierra de regadío, el embalse de Las Medranas, el de La Leche y el de Cancelada, otro en La Fuente del Espanto reventó, es el conocido como Pantano Roto. Estas obras hidráulicas supusieron adelantarse a las construcciones promovidas por el propio Estado décadas más tarde.

Desde el año 1891 hasta 1898 la fábrica sólo molió remolacha, según podemos observar en el gráfico. En los años siguientes, hasta 1902 coexisten remolacha y caña, y a partir de 1903 sólo se molerá caña en el ingenio sampedreño, pues los propietarios vieron que les resultaba más rentable el cultivo de la caña dulce.Los fenómenos atmosféricos y las plagas afectaban sustancialmente al resultado de la cosecha. Así, en 1894 y 1901 la remolacha fue atacada por orugas e insectos, en 1895 cayeron fuertes lluvias en invierno y primavera, mientras que en 1902 y 1908 fueron las heladas las causantes de la bajada en la producción.En el año 1898 España perdía la colonia de Cuba. El azúcar procedente de este país, ya independiente, se gravó con impuestos muy altos por parte de la hacienda española, saliendo favorecida la industria nacional que provocó que se construyeran numerosas fábricas.Hubo un auge de los establecimientos azucareros, entre ellos el de San Pedro Alcántara que duplicó su población en tan sólo cinco años, de 1895 a 1900 pasó de tener 1.016 a 2.222 habitantes, aunque en 1910 bajaría hasta los 1.474. Aparte, gran número de jornaleros forasteros trabajaban en las faenas temporales, así en 1905 acudieron 1.800 braceros para la recolección de la caña.

No obstante, la situación financiera de la Colonia dejaba mucho que desear, en 1901 tenía una deuda de más de 6 millones de pesetas, que se palió aumentando el capital social hasta 6.500.000 pesetas. Los gastos de personal, incluyendo a los colonos, que habían dejado de ser arrendatarios para pasar a ser trabajadores dependientes de la sociedad, y otros gastos de explotación resultaban excesivos.La bonanza económica de la industria azucarera duró poco, ya que la demanda no pudo absorber la gran producción. El precio del azúcar bajó y las fábricas entraron en crisis.

Para intentar solucionar esos graves problemas se creó la Sociedad General Azucarera, en el año 1903, que esperaba monopolizar la producción para controlar los precios. En el trust participaban fabricantes, banqueros y políticos.La Sociedad General compró numerosas fábricas, a un precio muy por encima de su valor, a veces con la sola idea de cerrarlas. Entre ellas la de San Pedro y la de la colonia de El Ángel, esta última ya no abrió en 1904, por lo que la caña procedente de la finca vecina se llevaba al ingenio sampedreño.Para la Sociedad de la Colonia de San Pedro la operación fue todo un éxito financiero, ya que la fábrica que había vendido en 1891 a la «Societé Sucrière» la recuperó en 1901 por 300.000 pesetas y la vendió en 1903 a la Sociedad General por un total de 2.540.303 pesetas.

Cultivo de algodón, primera mitad del siglo XX

 

Detrás de esta maniobra estaba Luis de la Cuadra y Raoul, accionista principal de la colonia de San Pedro, a su vez promotor de la Sociedad General Azucarera, y banquero. Los resortes de poder del marqués de Guadalmina le produjeron un beneficio muy considerable.El préstamo recibido del Banco Hipotecario en 1881 fue cancelado anticipadamente en 1906, tras el alivio que supuso la venta de la fábrica.

 

 

El paso siguiente fue la venta de la Colonia a la Sociedad General Azucarera, por 7.000.000 de pesetas en el año 1910.La Sociedad General compró debido a que una cláusula del contrato de compraventa de la fábrica, de 1903, le obligaba a adquirir la caña que se produjera en San Pedro en un mínimo de 400 hectáreas durante 27 años. Le resultaba más ventajoso comprar toda la finca que mantener este contrato, ya que el rendimiento de la remolacha, extendida por todo el país, superaba al de la caña.Se diversificaron los cultivos, plantando cereales, leguminosas, viñas, o experimentando con tabaco o algodón. Pero se inició el desmantelamiento del complejo agroindustrial creado por el marqués del Duero. En el año 1915 cerró el ingenio sampedreño, la fábrica de alcohol le sobrevivió algo más de quince años. En las décadas siguientes la Sociedad General Azucarera fue parcelando y vendiendo los terrenos, así acababa uno de los proyectos más innovadores que tuvo el sector agrario de la Andalucía contemporánea.