La posición de Manuel Gutiérrez de la Concha, integrado en la élite militar-política le proporcionó un conocimiento privilegiado de las expectativas económicas, y ello pudo incentivarlo a emprender la aventura empresarial. Empeñó su gran capacidad de trabajo en la creación de una explotación agroindustrial, que pretendió ejemplar, en el contexto de un mercado en expansión como era el azucarero, a mediados del siglo XIX. Elegido el lugar idóneo en la costa occidental malagueña
Desde el año 1857, pero sobre todo entre 1858 y 1860, adquirió numerosas fincas en los municipios de Marbella, Benahavís y Estepona, destacando por su extensión y valor las compradas al conde de Luque, cuyos antepasados ostentaron el señorío de Benahavís. En total unas 3.000 hectáreas.
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