Nació repartida entre tres términos municipales. En las tierras más fértiles de la costa occidental, el marqués del Duero adquirió un mosaico de fincas para formar su gran latifundio, las 3.340 hectáreas de la colonia agrícola se distribuían casi por igual por Marbella, Benahavís y Estepona.
Las relaciones con los tres ayuntamientos, y las oligarquías que los gobernaban, no fueron buenas desde el principio. El propietario forastero no resultó bienvenido, podía romper el ya conflictivo equilibrio político, y las exenciones tributarias del establecimiento sumaron tensiones al desencuentro.
A ello se sumaban otras subordinaciones por triplicado, juzgados, parroquias o registros de la propiedad. La solución estaba claro para el fundador. Residía en la letra de las leyes sobre colonias y sobre municipios. Con un número determinado de habitantes y posibilidad de financiación se podía constituir un ayuntamiento propio.
En el verano de 1868 casi se logró, en una normativa publicada en el “Boletín Oficial de la Provincia” se reestructuraban diversos municipios. Entre ellos se constituía el nuevo de San Pedro Alcántara. Tenía como base el territorio de la colonia más el término de Benahavís. Pero la revolución de septiembre se llevó por delante estos planes, a la vez que a la monarca Isabel II.
Las posteriores sociedades dueñas de la colonia inyectaron grandes cantidades de capital, sus dirigentes se relacionaban con la élite económica y política del país, mientras que San Pedro Alcántara gozaba de autosuficiencia económica, por lo cual Fernando Alcalá consideraba que sus habitantes habían vivido con escasa relación con Marbella y tenían todo el derecho para autogobernarse.
La venta parcelada de las tierras de la colonia produjo que el Ayuntamiento de Marbella en los años 40 del siglo XX se hiciera cargo de los servicios del pueblo. Pero la atención prestada a San Pedro Alcántara era mínima, a pesar de que los escasos concejales sampedreños nombrados reclamaban una y otra vez más y mejores prestaciones para sus vecinos.
De igual modo, los planes urbanísticos llegados con el desarrollo turístico, marginaron el sector sampedreño, a pesar de las experiencias pioneras del Hotel Rodeo y la Urbanización Guadalmina con el primer campo de golf de la zona.
En las primeras elecciones de 1979 el PSOE prometió independencia de forma clara y directa. Sin embargo, de forma paradójica, los buenos resultados de este partido en la localidad, le hicieron romper el compromiso. Marbella tenía alcalde socialista gracias al voto masivo de los sampedreños.
El incumplimiento continuó en las siguientes elecciones. Manuel López, fiel a la idea de segregación, lideró un nuevo partido, ISP, que logró 5 concejales en 1987. Se iniciaron los trámites administrativos, entre ellos la firma mayoritaria de los ciudadanos ante fedatario público, para lograr un ayuntamiento propio, pero el Parlamento andaluz cambió la ley reguladora y truncó ciertos procesos como el de Torre del Mar o San Pedro Alcántara.
Desde entonces, los trámites se han demorado durante décadas, de ayuntamiento a consejerías, de tribunal en tribunal. Ahora se espera sentencia del Supremo de la nación. Bastantes sampedreños, descontentos por el continuo desinterés de los gobernantes marbellíes ante sus problemas, incluida la anulación por el PP en los últimos años de la Tenencia de Alcaldía, han avalado un nuevo partido, OSP. Con miles de votos se ha convertido en la clave para el gobierno de Marbella.
José Luis Casado Bellagarza
Publicado en el diario SUR, 6 de agosto de 2017
Junto al artículo titulado “San Pedro, en el mapa”, de Nieves Castro
http://www.diariosur.es/marbella-estepona/pedro-alcantara-mapa-20170806215700-nt.html
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